¿Qué es el Ashtanga Yoga y cómo empezar?

El Ashtanga Yoga es una de las formas más dinámicas y exigentes del yoga. A diferencia de otras
modalidades, sigue una secuencia fija de posturas (asanas) que se practican de manera fluida, casi
como si fuera una coreografía. Esta secuencia, llamada "serie", está diseñada para desarrollar fuerza,
flexibilidad y concentración. El Ashtanga tiene tres pilares (Tristana):
1. La coordinación de la respiración con el movimiento, lo que crea un "flow" continuo (vinyasa)
llevándote a un estado casi meditativo mientras sudas la gota gorda.


2. Bandhas (cierres enérgeticos) una explicación muy resumida sería lo que conocemos en
Occidente cómo trabajo de core.


3. Drishti; punto donde mirar mientras practicas yoga. Esto nos proporciona enfoque, nos ayuda a
centrarnos en el “aquí y ahora”
Beneficios del Ashtanga Yoga
Los beneficios del Ashtanga Yoga van más allá de lo físico. Claro, te pone en forma, tonifica los
músculos y mejora la flexibilidad, pero también tiene un impacto significativo en tu bienestar mental.
Practicar regularmente ayuda a reducir el estrés, mejorar la concentración y aumentar la energía.
A largo plazo, el Ashtanga puede cambiar tu relación con tu cuerpo y mente, ya que te enseña a ser más
consciente de ti mismo, tanto en la esterilla como fuera de ella. Además, es una práctica que fomenta la
disciplina, ya que la repetición de las mismas posturas día tras día te permite ver tu progreso de manera
clara.

Consejos para empezar con el Ashtanga Yoga

Si estás pensando en probar el Ashtanga Yoga, aquí van unos consejos para que te animes:
1. Empieza despacio: La mejor manera es la forma tradicional, el estilo Mysore. El practicante
empieza con los saludos al sol (A y B) y el profesor va añadiendo posturas de la serie según el
practicante va ganando fuerza y se va aprendiendo la serie, hasta completarla. Esto proporciona
que cada alumno irá a su ritmo según sus necesidades. Es cómo una clase personalizada en
una clase grupal. Esto hace que todo el mundo puede practicar esta disciplina.


2. No te compares: En Ashtanga, cada uno va a su ritmo. Lo importante es que te concentres en tu
respiración y en cómo te sientes en cada postura, no en lo que hacen los demás.


3. Practica regularmente: El Ashtanga es una práctica diaria. Aunque no puedas hacerlo todos los
días, intenta ser constante. Verás cómo tu cuerpo se fortalece y tu mente se calma.


4. Busca un buen maestro: Es fundamental tener a alguien que te guíe y te corrija, sobre todo al
principio. Un buen maestro puede hacer la diferencia en tu progreso y evitar que te lesiones.
El Ashtanga Yoga puede parecer un desafío, pero los beneficios que ofrece, tanto físicos como
mentales, hacen que valga la pena. ¡Atrévete a intentarlo y descubre todo lo que esta práctica puede
hacer por ti!